TOC POSNATAL
El embarazo representa un periodo crítico del desarrollo psicológico de la mujer. Su capacidad de afrontamiento y de adaptación a los cambios que el embarazo conlleva, se consideran determinantes de la salud emocional de la fémina, actuando como atenuantes o agravantes de cuadros sintomatológicos variados.
La literatura refleja la existencia de manifestaciones emocionales propias de la mujer embarazada, consideradas reacciones de ajuste al evento reproductivo en cuestión. Entre estas manifestaciones emocionales, los trastornos adaptativos de carácter ansioso y los trastornos depresivos mayores recidivantes de gravedad leve o moderada, son los que adquieren mayores cifras de prevalencia. Por otro lado, aunque con una frecuencia significativamente menor, también se registran trastornos por consumo de sustancias y trastornos de angustia con y sin agorafobia, entre otros.
La etapa posnatal, constituye un periodo susceptible para la aparición de trastornos psicológicos, especialmente, para la depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). La vivencia de la maternidad bajo algún de estos diagnósticos, puede ocasionar elevados niveles de malestar, en relación a la sintomatología característica del diagnóstico y su interferencia e influencia en el cuidado del recién nacido. La depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo, son los cuadros sintomatológicos con una mayor demanda de atención ambulatoria y tratamiento psicofarmacológico en la etapa posnatal.
El TOC se caracteriza por la presencia de pensamientos intrusivos recurrentes u obsesiones que se acompañan de la realización de rituales neutralizantes o compulsiones. Los individuos con tal diagnóstico reconocen el carácter excesivo o ilógico de ambos síntomas, a pesar de invertir una cantidad elevada de tiempo en los mismos. La presencia de las obsesiones y compulsiones, causan un malestar clínicamente significativo e interfieren en el funcionamiento social, laboral y otras áreas del afectado. En el puerperio, la sintomatología obsesiva compulsiva tiende a centrarse en el recién nacido y puede implicar obsesiones sobre daños accidentales que le suceden al niño, pensamientos intrusivos sexuales o agresivos centrados en el bebé u obsesiones por la contaminación.
En la etapa posparto, las madres con manifestaciones de tipo depresivo o ansioso, tienden a estar menos comprometidas con la crianza, muestran una menor capacidad de regulación emocional y tienen dificultades para amamantar al recién nacido. El TOC posparto puede interferir con el funcionamiento familiar y el vínculo entre padres e hijos, con consecuencias negativas para la salud y desarrollo del niño. Asimismo, puede tener efectos adversos en el resultado obstétrico y neonatal, incrementando las probabilidades de hipertensión gestacional, preeclampsia, crecimiento fetal deficiente, parto prematuro y niveles elevados de marcadores inflamatorios en el recién nacido. Asimismo, las consecuencias también conciernen a la calidad de vida, vinculación afectiva y capacidad de respuesta materna. Los efectos nocivos sobre el vínculo y apego no siguen una trayectoria lineal con la gravedad de la sintomatología de manera que, aun presentándose de manera leve, pueden determinarse aspectos como el temperamento del feto y su vulnerabilidad psiquiátrica. Por otro lado, la presencia de pensamientos intrusivos de diversa índole y su carácter angustioso, limita la búsqueda de ayuda profesional y el uso de las redes de apoyo de la progenitora aumentando, en consecuencia, el impacto de la privación de sueño y el aislamiento.
Si te sientes identificada con la sintomatología en cuestión, debo decirte que sería de especial relevancia iniciar un proceso terapéutico en el que tratamiento psicológico se adapte a tus necesidades, a las las particularidades de tu caso y a la etapa del embarazo en la que se inicia o se agrava la sintomatología. De esta forma, la dotación de herramientas efectivas para la gestión de la sintomatología posibilitará un aumento de tu calidad de vida de las progenitoras, así como una mejora o preservación del vínculo materno-filial y del desarrollo socioemocional del recién nacido.